Lo que parecía un matrimonio sólido, símbolo de glamour y estabilidad en Hollywood, se ha derrumbado bajo el peso de los años y de las diferencias irreconciliables. Nicole Kidman, de 58 años, y Keith Urban, de 57, han oficializado su divorcio en el condado de Davidson, Tennessee, tras meses de silencio y rumores. El acuerdo, revelado por medios como People, muestra un documento exhaustivo en el que cada detalle ha sido contemplado: desde la custodia de sus hijas hasta los puntos de sus tarjetas de crédito.
Kidman se ha quedado como progenitora principal de Sunday Rose (17) y Faith Margaret (14), con quienes convivirá la mayor parte del año. Urban, por su parte, contará con periodos muy específicos: fines de semana alternos, días festivos alternados y un reducido calendario de vacaciones. Ambos deberán además asistir a un curso de padres divorciados, una medida que busca fortalecer la convivencia en beneficio de sus hijas.
En cuanto a lo económico, el acuerdo sorprende por su claridad: no habrá pensiones ni manutención. Cada uno cubrirá los gastos de las niñas cuando estén bajo su cuidado, y se mantendrán separados sus ingresos, cuentas, inversiones y hasta las millas aéreas acumuladas. Las propiedades, adquiridas a través de fideicomisos y sociedades, también permanecen fuera de cualquier disputa.
Aun así, más allá de los bienes, lo que late tras la ruptura es el trasfondo emocional. Fuentes cercanas aseguran que la actriz se siente “herida y traicionada”, pues intentó salvar la relación mientras Urban parecía decidido a avanzar solo. A ello se suma un punto sensible: la falta de apoyo del músico hacia la carrera de Kidman, especialmente en los últimos años, cuando ella decidió regresar con fuerza a la pantalla grande.
El verano evidenció la distancia: mientras Kidman rodaba en Londres la secuela de Prácticamente magia, Urban estaba de gira con su High and Alive World Tour. Ella se refugió en sus hijas y en su hermana, compartiendo recuerdos familiares en redes sociales en los que su esposo ya no aparecía.
Aunque ambos continúan residiendo en Nashville, su historia conjunta se cierra con un acuerdo que, por detallado, muestra que la separación llevaba tiempo gestándose. Atrás quedan casi dos décadas de vida compartida, proyectos comunes y momentos de aparente complicidad. Hoy, Nicole Kidman emerge como madre y actriz decidida a seguir brillando, recordando aquellas palabras que su madre le dejó antes de morir: “No lo dejes por completo. Sigue adelante”.
Fuente Foto: Filmmagic - Axelle / Bauer-Griffin