En el marco del Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres (DIRRD) 2024, la atención se centra en el papel crucial que desempeña la educación en la protección y empoderamiento de los niños y niñas frente a los desastres. Según UNICEF, aproximadamente mil millones de niños están en riesgo extremadamente alto debido a los impactos climáticos, una cifra alarmante que refleja el aumento de desastres relacionados con el cambio climático en las últimas décadas.
El 2022 marcó un punto crítico, con el número de niños afectados por inundaciones en países como Chad, Gambia, Pakistán y Bangladesh alcanzando el nivel más alto en 30 años. Pero el peligro no termina con el evento en sí; los efectos posteriores son devastadores. La educación de los niños se interrumpe, su nutrición y atención médica se ven afectadas, y los riesgos de protección aumentan exponencialmente. Este tipo de desastres no solo impactan la vida cotidiana de los más jóvenes, sino que comprometen su bienestar a largo plazo y el de sus comunidades.
Es fundamental que las escuelas, más allá de su rol educativo, sean espacios seguros, donde los niños y niñas no solo se formen académicamente, sino que aprendan a comprender y actuar ante los riesgos que los rodean. Los sistemas de alerta temprana, por ejemplo, deben ser accesibles para ellos, para que puedan reaccionar rápidamente en caso de emergencia y minimizar las pérdidas humanas y materiales. Esta es la premisa del Marco Integral de Seguridad Escolar, una herramienta diseñada para que los gobiernos protejan a los niños y niñas de todos los riesgos y amenazas dentro del entorno educativo.
La reducción del riesgo de desastres centrada en la niñez, como lo establece la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, busca garantizar que las necesidades y vulnerabilidades de los más jóvenes se integren en los planes nacionales e internacionales. Esto no solo requiere políticas adecuadas, sino recursos dedicados a su implementación efectiva.
En la próxima Cumbre del Futuro, prevista para septiembre de 2024, uno de los cinco pilares será precisamente "la juventud y las generaciones futuras". En este contexto, el tema del DIRRD de este año cobra relevancia: proteger y empoderar a los niños y niñas es una inversión en un futuro más seguro y resiliente. Los desastres naturales ya han interrumpido las vidas de más de mil millones de niños desde el año 2000, y más de 80,000 escuelas han sido dañadas o destruidas en el mismo período.
La realidad es clara: las pérdidas humanas y económicas causadas por desastres siguen aumentando, y el cambio climático actúa como amplificador de estos riesgos. Sin embargo, también es evidente que, con la educación adecuada, los más jóvenes pueden ser agentes de cambio, capaces de ayudar a sus familias y comunidades a estar mejor preparados y responder eficazmente ante cualquier amenaza.
Es imperativo que los gobiernos y los actores clave se comprometan a implementar el Marco Integral de Seguridad Escolar para garantizar la protección de los niños, educadores y escuelas, priorizando la seguridad y continuidad educativa en un mundo cada vez más vulnerable.
Datos Representativos Mundiales
-
Niños en riesgo extremo:
- Aproximadamente 1.000 millones de niños y niñas en el mundo están en un riesgo extremadamente alto debido a los impactos del cambio climático y los desastres relacionados.
-
Aumento de desastres climáticos:
- En 2022, el número de niños afectados por inundaciones en Chad, Gambia, Pakistán y Bangladesh fue el más alto en 30 años.
- Desde el año 2000, más de 1.000 millones de niños han sido afectados por desastres.
-
Impacto en escuelas:
- Más de 80.000 escuelas han sido dañadas o destruidas desde el año 2000 debido a desastres naturales.
- El 10% de las escuelas en Europa están en zonas propensas a inundaciones.
-
Exposición a sequías:
- Casi 160 millones de niños están expuestos a sequías severas y prolongadas, y se estima que para 2040, 1 de cada 4 niños vivirá en zonas con escasez extrema de agua.
-
Disminución de muertes por desastres:
- Las muertes por fenómenos extremos han disminuido a lo largo de las décadas: de 50.000 muertes diarias en los 70s a menos de 20.000 en los 2010s.
-
Pérdidas económicas:
- Las tormentas y crecidas provocaron pérdidas económicas de 521.000 millones y 115.000 millones de dólares respectivamente en los últimos 50 años.
- Tres de los desastres más costosos ocurrieron en 2017: huracanes Harvey, María e Irma.
-
Regiones más afectadas:
- Asia soporta la mayor carga de desastres, con el 41% de los eventos entre 2000 y 2019, y el 85% de las personas afectadas a nivel global.
-
Cambio climático como amplificador de riesgos:
- Más del 90% de los desastres registrados entre 2000 y 2019 fueron climatológicos, hidrológicos y meteorológicos.
-
Llamado a la acción:
- Se necesita un enfoque multi-amenaza para la seguridad escolar y la implementación del Marco Integral de Seguridad Escolar para proteger a los niños y las escuelas.
Fuente: ONU, IDRRR, UNDIRR