El misterio llegó a su fin. Tras semanas de especulación, la NFL y Apple Music confirmaron lo que promete ser un hito en la historia de la música y del deporte: Bad Bunny será el protagonista del show de medio tiempo del Super Bowl LX, que se celebrará el 8 de febrero de 2026 en el Levi’s Stadium de Santa Clara, California. Con este anuncio, el artista puertorriqueño se convierte en el primer latino en liderar en solitario el espectáculo más visto del planeta, con una audiencia que supera los 100 millones de espectadores cada año.

El ascenso de Bad Bunny al escenario más codiciado de la industria no es casualidad. Tres veces ganador del Grammy y artista más escuchado en Spotify durante tres años consecutivos (2020-2022), Benito Antonio Martínez Ocasio ha redefinido la música latina, llevándola a niveles de impacto global inimaginables hace una década. Su estilo irreverente, sus mensajes políticos y sociales, y su habilidad para desafiar estereotipos lo han convertido en una voz influyente dentro y fuera del escenario.

Un regreso esperado

Aunque esta será su primera vez como solista en el Super Bowl, Bad Bunny ya tuvo una aparición memorable en 2020, cuando acompañó a Shakira y Jennifer Lopez en su inolvidable espectáculo. Aquella actuación fue apenas un anticipo de lo que muchos consideraban inevitable: que el “Conejo Malo” tuviera su propio turno en el escenario más grande del mundo.

En su comunicado oficial, el artista expresó la carga simbólica de este momento:
"Lo que siento va más allá de mí mismo. Es por aquellos que vinieron antes que yo y corrieron incontables yardas para que yo pudiera entrar y anotar un touchdown... esto es por mi gente, mi cultura y nuestra historia."

Entre elogios y polémicas

El anuncio fue recibido con entusiasmo en la industria. Shakira lo celebró con un mensaje en redes: “¡Bienvenido de nuevo al escenario del Super Bowl! ¡Aquí va mi gente latina!”. Jennifer Lopez compartió una foto junto a Bad Bunny con una bandera de Puerto Rico y la frase: “¡Ahora te toca a ti! ¡Vamos, bori gang!”. Incluso artistas de otros géneros, como el rapero Jelly Roll, reconocieron el impacto de la noticia: “De Wrestlemania al Super Bowl — nos inspiras a todos”.

Sin embargo, no faltaron las críticas. Algunos comentaristas conservadores en Estados Unidos cuestionaron la elección del artista, recordando su oposición a las políticas migratorias de Donald Trump y sus contundentes declaraciones en defensa de Puerto Rico y de los inmigrantes. Incluso se burlaron de su estilo al usar vestidos o accesorios femeninos, un gesto que para Bad Bunny ha sido siempre una forma de romper moldes sobre género y masculinidad.

Lejos de minimizarlo, esta controversia ha reafirmado el carácter disruptivo del artista, quien nunca ha ocultado su postura política y social. Para sus seguidores, su presencia en el Super Bowl es también una victoria cultural y un reconocimiento a una identidad latina que se proyecta con fuerza en el escenario global.

Lo que viene

Aunque los detalles del espectáculo se mantienen bajo estricta reserva, se espera que Bad Bunny rinda homenaje a su herencia puertorriqueña, con un show cargado de simbolismo, energía y posibles colaboraciones. Su historial de éxitos junto a figuras como Rosalía, Drake, J Balvin o Cardi B abre la puerta a sorpresas que podrían convertir esta presentación en uno de los momentos más memorables en la historia del Super Bowl.

Jay-Z, presidente de Roc Nation —la empresa que produce el show en asociación con la NFL—, lo definió con claridad:
"Lo que Benito ha hecho y continúa haciendo por Puerto Rico es realmente inspirador. Nos sentimos honrados de tenerlo en el escenario más grande del mundo."

El 8 de febrero de 2026, Bad Bunny no solo subirá al escenario del Levi’s Stadium. También lo hará la cultura latina, la diversidad y una nueva forma de entender la música global, en un espectáculo que ya es histórico antes de comenzar.