El rumor que durante semanas recorrió los pasillos del espectáculo y la política finalmente parece haber encontrado confirmación. La cantante estadounidense Katy Perry, de 40 años, y el ex primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, de 53, fueron vistos en una escena íntima sobre el Caravelle, el yate personal de la artista, en la costa de Santa Bárbara, California, a finales de septiembre. Las imágenes, captadas por un turista y publicadas por Daily Mail, muestran a ambos compartiendo gestos de afecto y complicidad, despejando cualquier duda sobre la naturaleza de su relación.
El testigo del encuentro relató que Perry se acercó con su embarcación a un grupo de turistas que realizaban avistamiento de ballenas. Poco después, los presentes observaron cómo la cantante y el político se besaban bajo el sol, ajenos a las miradas curiosas. Trudeau fue identificado de inmediato gracias al característico tatuaje de un cuervo Haida en su brazo izquierdo, símbolo de la cultura indígena canadiense que lo acompañó durante su carrera pública.
Durante la jornada, Perry lucía un elegante traje de baño negro, disfrutando de un breve descanso en medio de su exitosa gira mundial Lifetimes, mientras Trudeau, en atuendo casual, parecía completamente relajado. Las fotografías no tardaron en viralizarse, provocando un verdadero torbellino mediático.
La supuesta relación entre ambos había comenzado a comentarse desde julio, cuando fueron vistos cenando en el restaurante Le Violon, en Montreal. Al día siguiente, los paparazzi los captaron paseando juntos por el Mount Royal Park, avivando los rumores de un romance discreto pero creciente.
Fuentes cercanas a la cantante confirmaron a Cosmopolitan que “Katy está muy, muy interesada en él. Dice que es un hombre de calidad, un gran partido”. La misma fuente añadió que la comunicación entre ambos es entusiasta, aunque intermitente, debido a las agendas profesionales de cada uno.
Tras sus respectivas rupturas, tanto Perry como Trudeau parecen haber encontrado en este vínculo una conexión inesperada. La intérprete de Firework anunció su separación del actor británico Orlando Bloom a mediados de año —con quien comparte una hija de cinco años—, mientras que Trudeau se distanció de Sophie Grégoire en 2023, tras 18 años de matrimonio y tres hijos en común.
Personas del entorno del político aseguran que este nuevo acercamiento ha significado para él “un soplo de aire fresco” luego de su retiro de la vida pública. Sin embargo, allegados a la artista recomiendan cautela: “Katy es reservada cuando se trata de su vida personal y sigue muy concentrada en su carrera musical”.
Aunque la frecuencia del contacto entre ambos habría disminuido tras la viralización de las fotografías, las mismas fuentes descartan cualquier tensión. “La conexión sigue ahí, solo están priorizando sus compromisos”, comentan.
Por ahora, ninguno de los dos ha hecho declaraciones oficiales, manteniendo un silencio que solo alimenta el misterio. Pero lo cierto es que la imagen de Perry y Trudeau, sonrientes y abrazados en la cubierta de un yate, ha dejado una impresión imborrable: la de un romance improbable que, contra toda expectativa, podría estar surgiendo entre las olas del Pacífico.
Entre escenarios y discursos, la estrella del pop y el exmandatario parecen escribir una historia que desafía los límites de sus mundos. Un encuentro entre la pasión y la diplomacia, donde solo el tiempo —y quizás el próximo atardecer en Santa Bárbara— revelará si se trata de un capítulo fugaz o del inicio de un nuevo amor con sello histórico.