Por fin, la música vuelve a casa. Casi seis años después de un capítulo oscuro en su trayectoria artística, Taylor Swift ha logrado lo que parecía imposible: recuperar el control de su catálogo musical, una hazaña que no solo reivindica su voz como artista, sino que también sella una victoria histórica en la industria musical.

El viernes pasado, la superestrella estadounidense compartió con sus seguidores una noticia que ha hecho eco en todo el mundo. A través de una emotiva carta publicada en su página web, Swift confirmó que, tras una intensa batalla legal, emocional y creativa, toda la música que ha creado en su carrera “ahora le pertenece... a ella”.

“He estado rompiendo en llanto de alegría a intervalos aleatorios desde que descubrí que esto realmente está sucediendo. De verdad puedo decir estas palabras: Toda la música que he hecho… ahora me pertenece… a mí”, expresó conmovida.

Este hito representa la culminación de una saga que comenzó en junio de 2019, cuando el productor musical Scooter Braun —conocido por manejar las carreras de Justin Bieber y Ariana Grande— adquirió Big Machine Label Group, la disquera que poseía los másteres de los primeros seis álbumes de Swift. La operación, ejecutada sin el consentimiento de la cantante, marcó un antes y un después en la relación entre los artistas y el poder de los sellos discográficos.

Swift denunció entonces que se le había negado la posibilidad de comprar su propia música y que sus álbumes fueron vendidos como si se tratase de mercancía. Lejos de rendirse, canalizó su frustración en uno de los proyectos más ambiciosos de su carrera: regrabar meticulosamente sus discos iniciales bajo el sello “Taylor’s Version”, un acto de reafirmación creativa y legal.

“Mis fans saben lo importante que ha sido para mí, tanto que regrabé y lancé meticulosamente cuatro de mis álbumes, llamándolos 'Taylor’s Version'. Ha sido mi mayor sueño hecho realidad”, confesó.

Su determinación encontró eco en el corazón de sus seguidores, quienes no solo abrazaron con entusiasmo estas nuevas versiones, sino que también hicieron historia junto a ella. The Eras Tour, su monumental gira internacional, recaudó más de dos mil millones de dólares entre marzo de 2023 y diciembre de 2024. El éxito rotundo de la gira y la acogida de sus regrabaciones le dieron a Swift el poder financiero y simbólico necesario para recuperar lo que le pertenece.

Finalmente, fue la firma de inversiones Shamrock Capital —la misma que adquirió su catálogo de manos de Braun en 2020— la que contactó a la cantante para facilitar la compra de sus obras. A diferencia de experiencias pasadas, Swift aseguró que esta vez cada paso fue tratado “de forma honesta, justa y respetuosa”.

“Para ellos era un negocio, pero sentí que lo veían como lo que era para mí: mis recuerdos, mi sudor, mi caligrafía y mis décadas de sueños. Estoy infinitamente agradecida”, escribió.

La historia de Taylor Swift no es solo la de una artista recuperando sus canciones. Es la de una mujer que, enfrentándose al sistema, utilizó el arte como arma, el amor de sus fans como escudo y su voz como bandera de independencia. Hoy, cada nota, cada letra, cada acorde de su obra vuelve a estar donde siempre debió estar: en sus manos.

Taylor Swift no solo recuperó su música. Recuperó su historia.

Fuente: x.com/taylorswift13