- El jurado ya está formado y se revelan detalles perturbadores de los “freak offs”
- La justicia se prepara para uno de los procesos más mediáticos del siglo
Este lunes ha comenzado en el Tribunal Federal del Distrito Sur de Nueva York uno de los procesos judiciales más esperados del año: el juicio por tráfico sexual y agresión contra el icónico productor musical Sean Combs, más conocido como P. Diddy. Acusado de múltiples delitos sexuales, el rapero enfrenta cinco cargos federales, incluyendo conspiración con fines de extorsión, tráfico sexual mediante fuerza o coerción, y transporte para ejercer la prostitución.
El proceso judicial se abrió oficialmente con los alegatos de apertura de ambas partes, luego de que el pasado viernes, 9 de mayo, se seleccionaran los 12 miembros del jurado y seis suplentes tras una exhaustiva criba de 45 candidatos. La sesión fue presidida por el juez federal Arun Subramanian, quien anticipó un juicio complejo que podría prolongarse por hasta ocho semanas.
Acusaciones estremecedoras y pruebas físicas
De acuerdo con los fiscales, Diddy habría organizado de manera sistemática unos encuentros sexuales conocidos como “freak offs”, sesiones sexuales “elaboradas” en las que presuntamente obligaba a mujeres a mantener relaciones con trabajadores sexuales masculinos, bajo la influencia de drogas y coerción psicológica. En estos eventos, que según la acusación podían durar "varios días", el artista grababa los encuentros y repartía estupefacientes a las víctimas para asegurarse su obediencia.
Durante los allanamientos a sus propiedades en Los Ángeles y Miami, las autoridades incautaron 1.000 botellas de lubricante y aceite para bebés, supuestamente utilizados en dichos encuentros. Estos hallazgos son parte de las pruebas clave que serán examinadas en el proceso.
Una defensa basada en “violencia mutua”
La estrategia de la defensa, encabezada por el abogado Marc Agnifilo, se apoya en argumentar que la relación con la presunta víctima principal —quien todo indica sería la cantante Cassie Ventura (38)— estuvo marcada por una "violencia mutua", y que Combs nunca obligó a nadie a hacer algo en contra de su voluntad.
“El gobierno argumentará que la presionó para participar en actividades sexuales, pero eso no es correcto. Ella también ha sido violenta y agresiva”, declaró Agnifilo ante una sala colmada de periodistas. La Fiscalía, sin embargo, ha indicado que presentará dos vídeos captados por cámaras de seguridad donde se ve a Combs agrediendo brutalmente a Ventura en un pasillo de hotel, además de tres clips adicionales proporcionados por CNN que serán analizados por expertos.
Una figura pública, un juicio mediático
El proceso se enfrenta al reto de encontrar jurados imparciales ante la enorme proyección mediática del acusado. Sean Combs, de 55 años, no solo es una leyenda del hip hop, sino también una figura central del entretenimiento estadounidense. Ha trabajado con superestrellas como Beyoncé, Mariah Carey, Britney Spears y Jay-Z, y fue anfitrión de las famosas "White Parties" en East Hamptons, a las que asistieron celebridades de la talla de Leonardo DiCaprio, Jennifer López, Paris Hilton y Justin Bieber.
Durante la selección del jurado, el juez entregó una lista de nombres de celebridades que podrían ser mencionadas durante el juicio, entre ellas Michael B. Jordan, Michelle Williams, Mike Myers, Kanye West y Kid Cudi.
Nuevas denuncias y un caso que se expande
Más allá de este juicio, Combs enfrenta otras denuncias de agresión sexual, incluida una reciente presentada por un menor de edad, quien asegura que el artista le ordenó desnudarse. Estas denuncias —aunque no forman parte directa del proceso actual— podrían influir en el clima judicial y en la percepción del jurado.
Desde su arresto en septiembre del año pasado, el músico permanece detenido sin posibilidad de fianza en una prisión federal en Brooklyn. La defensa solicitó su liberación en varias ocasiones, pero los jueces han considerado que existe un riesgo sustancial de fuga y de manipulación de testigos.
El juicio continúa este martes, con más testigos y posibles revelaciones impactantes. El mundo del espectáculo y la justicia estadounidense observan con atención el destino de una de sus figuras más controvertidas.
Fuente: Foto Portada: Reuters