En un panorama sombrío para América Latina, el nuevo Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparencia Internacional (TI) revela una realidad que ya no puede ser ignorada: la corrupción generalizada está erosionando no solo las instituciones democráticas, sino también los derechos humanos y el desarrollo sostenible en la región. Con un promedio de 42 puntos sobre 100, la lucha contra este flagelo parece estar perdiendo fuerza, lo que perpetúa la impunidad y amenaza con sofocar cualquier esperanza de cambio.
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El Impacto Devastador de la Corrupción en la Región
El informe del IPC 2024 revela que la corrupción no solo afecta la gobernanza, sino que también fomenta delitos ambientales y sociales, profundizando la crisis climática y violando derechos humanos fundamentales. La región está atrapada en un ciclo de impunidad y abuso de poder que, lejos de retroceder, parece fortalecerse.
"La corrupción generalizada en las Américas fomenta las violaciones a los derechos humanos y la impunidad, y obstaculiza los esfuerzos para combatir el cambio climático", afirma Transparencia Internacional. Esta alarmante realidad se ve reflejada en la tala ilegal en Ecuador, la minería ilegal en Chile y Colombia, y el tráfico de vida silvestre en Brasil, delitos que no solo destruyen el medioambiente, sino que también amenazan la supervivencia de comunidades indígenas.
Contrastes Regionales: Ejemplos de Esperanza y Desesperanza
Mientras que Uruguay (76) y Chile (63) lideran el ranking regional con niveles relativamente bajos de corrupción, fortalecidos por sistemas institucionales robustos y una sólida participación ciudadana, el otro extremo del espectro revela un escenario desolador. Haití (16), Nicaragua (14) y Venezuela (10) se encuentran en el fondo del índice, asolados por la corrupción sistémica y el crimen organizado.
"Hoy, Latinoamérica se ha convertido en un polo internacional del crimen organizado. Observamos tráfico de drogas, tala ilegal, minería ilegal, tráfico de personas e infinidad de crímenes que se nutren de la corrupción para operar libremente", señala Luciana Torchiaro, consejera regional para las Américas de TI. La cooptación del Estado por élites políticas y económicas ha llevado a un deterioro institucional que resulta en la máxima vulneración de derechos.
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La Despriorización de la Agenda Anticorrupción
Uno de los aspectos más preocupantes revelados por el informe es la despriorización de la agenda anticorrupción en la mayoría de los países de América Latina. Pese a que muchos líderes llegan al poder con discursos contundentes contra la corrupción, la realidad es que, una vez en el cargo, las promesas de transparencia y rendición de cuentas se desvanecen, cediendo terreno a otras prioridades políticas.
En palabras de Torchiaro, “la lucha contra la corrupción queda prácticamente relegada solo al discurso. Se utiliza para captar al electorado, para desprestigiar a la oposición, y una vez en el poder, se olvidan de la transparencia, no permiten a la ciudadanía canales de participación o los recortan”.
La Corrupción y su Influencia en la Crisis Climática
El informe también subraya un vínculo alarmante entre la corrupción y la crisis climática en América Latina. La corrupción no solo permite la explotación ilegal de recursos naturales, sino que también impide la implementación de políticas ambientales efectivas. Esto pone en riesgo el derecho fundamental a un entorno saludable, reconocidos por las Naciones Unidas, y amenaza los territorios ancestrales de las poblaciones indígenas.
La falta de regulación y la complicidad institucional permiten que el crimen organizado opere sin restricciones, contribuyendo al cambio climático y destruyendo ecosistemas vitales. El tráfico de madera ilegal en la Amazonía y la minería ilegal que contamina ríos y suelos son solo algunos ejemplos de cómo la corrupción alimenta la degradación ambiental.
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Amenazas a los Defensores de la Transparencia
A la par de la corrupción rampante, se observa un aumento preocupante en los ataques a activistas, periodistas y organizaciones de la sociedad civil que exigen transparencia y justicia. En países como El Salvador y Honduras, estas voces críticas enfrentan intimidación y campañas de desinformación, lo que evidencia un intento sistemático de silenciarlas y desprestigiarlas.
¿Existe Esperanza para América Latina?
A pesar de este sombrío panorama, el informe de TI ofrece un rayo de esperanza. Los países con mayores niveles de transparencia y menor corrupción comparten características comunes: participación ciudadana activa, pluralidad política y consensos en temas fundamentales. La clave para América Latina radica en fortalecer sus instituciones, promover la participación ciudadana y, sobre todo, generar la voluntad política para priorizar la lucha contra la corrupción en la agenda pública.
"Sabemos lo que tenemos que hacer, necesitamos voluntad política y priorizarlo en la agenda pública", enfatiza Torchiaro.
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Un Llamado a la Acción Urgente
La corrupción en América Latina no es solo un problema de gobernanza; es una crisis que afecta todos los aspectos de la sociedad, desde los derechos humanos hasta el medioambiente. La región se encuentra en una encrucijada: continuar por el camino de la impunidad o apostar por un futuro más justo y sostenible.
El IPC 2024 es una advertencia contundente: sin acciones concretas y efectivas, la corrupción seguirá minando la democracia y el desarrollo en América Latina. Es hora de que los líderes asuman su responsabilidad y la ciudadanía exija transparencia y justicia.
América Latina tiene el potencial de liderar un cambio global en la lucha contra la corrupción, pero este cambio solo será posible si se fortalece el estado de derecho, se protege a quienes denuncian corrupción y se promueve una cultura de transparencia y rendición de cuentas. Es un desafío monumental, pero la historia ha demostrado que, cuando los pueblos se unen en busca de justicia, nada puede detenerlos.
Este reportaje no solo busca informar, sino también inspirar una reflexión profunda sobre el estado de la corrupción en América Latina. La batalla contra este flagelo es de todos y para todos. Es hora de actuar.
Fuente: Transparency.org, DW News Imagen5